sábado, 5 de mayo de 2007

Lo oscuro

Si queremos cometer un acto absolutamente terrible, la oscuridad es necesaria. Lo oscuro es imprescindible cuando abordamos lo terrible y lo doloroso. En mayor o menor medida, todos hemos esto experimentado esto que digo: al acostumbrar nuestro entendimiento a la idea de un determinado peligro o de una determinada pena, es decir al iluminar el peligro o la pena, una buena cantidad de la aprehensión que previamente teníamos desaparece. Lo mismo podemos decir de las noches, pues con su oscuridad estas pueden incrementar nuestros miedos con toda clase de peligros conocidos a medias: con fantasmas, con duendes y con otro tipo de seres que habitan en lo oscuro. O también de los gobiernos despóticos pues acostumbran a esconder a su jefe de la mirada del pueblo para crear el miedo y la incertidumbre. O incluso de los druidas, aquellos sacerdotes que vivían en la historia antigua del mundo y que celebraban sus ceremonias bajo la sombra de robles ancianos y grandes.

Así que, entonces, el terror, el horror y el dolor habitan la sombra.

John Milton en la línea 666 del libro segundo de su Paradise Lost hace una lúgubre descripción de esa segadora de vidas que es la Muerte:

The other shape,
If shape it might be called that shape had none
Distinguishable in member, joint, or limb;
Or substance might be called that shadow seemed;
For each seemed either,—black it stood as night,
Fierce as ten furies, terrible as hell,
And shook a dreadful dart. What seemed his head
The likeness of a kingly crown had on.

En esta descripción lo oscuro se impone. Todo es lateral, todo es sombrío. Al acabar de leerla no podemos dejar de sentir que es una descripción sublime en extremo.


Figura 1: The nightmare (1781), óleo sobre lienzo de Henry Fuseli.

1 comentario:

Felideus dijo...

Un blog muy interesante Joan Carles. Este último texto me ha gustado especialmente. Seguiré pasándome por aquí.

Un saludo