viernes, 4 de mayo de 2007

Edmund Burke y lo Sublime II

Dice Edmund Burke: "Cualquier cosa que de alguna manera excite las ideas de dolor y peligro, es decir, cualquier cosa que de alguna manera sea terrible o que esté familiarizada con objetos terribles, u opere de una manera análoga al terror, es una fuente de "lo Sublime"; es decir, produce la emoción más intensa que la mente es capaz de sentir. Digo la emoción más intensa, porque estoy convencido de que las ideas que surgen a partir de lo doloroso son mucho más poderosas, más conmovedoras, que aquellas ideas que surgen a partir de lo placentero. Sin duda, los tormentos con los que se nos puede hacer sufrir son mucho mayores en sus efectos sobre el cuerpo y la mente que los placeres con los que se nos puede hacer disfrutar; incluso si consideramos aquellos placeres que el más voluptuoso pudiera sugerir, o que la más viva imaginación y el más sano y exquisitamente sensato de los cuerpos, pudiera disfrutar. Dudo mucho de que pudiera encontrarse a algún hombre que accediera a vivir una vida envuelta en la más perfecta satisfacción al precio de acabarla en tormentos (como los que se le infligieron al último rey de Francia antes de su muerte). Pues así como el dolor es más intenso en su funcionamiento que el placer, la muerte es, en general, una idea mucho más conmovedora que el dolor; pues hay muy pocos dolores, aunque sean exquisitos, que no sean preferibles a la muerte. No, lo que generalmente hace al dolor mismo más doloroso, si así puedo decirlo, es que pueda ser considerado como un emisario de la reina de los terrores; como un emisario de la muerte. Cuando el dolor o el peligro acecha de una manera demasiado cercana entonces es incapaz de dar ningún tipo de deleite; se convierte en algo, simplemente, terrible. Pero a cierta distancia, y con ciertas modificaciones, puede ser, y de hecho es, delicioso".

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